Si quieres proceder a usar un trenecito enano, primero tienes que aprender a usarlo.
Ésta fue la mayor enseñanza cosechada en la primera jornada para un novato e ilusionado jugador que ahora tiene ganas de jugar y más aún de perder que antes.
En la primera jornada, no me topé con la 'suerte del principante': me topé con 'la azorada inminente hacia todo aquel que tenga algo que ver con Pinocho'.
De la mano de nuestro querido Tomás y sus Elfos Silvanos de "Tawarwaith", los Sucesores de Ghepetto cosecharon un resultado adverso de 0-4, a la vez que se convertían en el equipo goleado más rápidamente, a la par que grácil y sutilmente permitían que un receptor silvano llamado Galadriel (nombre de maricón tenía que tener) se llevase el hat trick del año además del trofeo pichichi por el momento (hasta que un enano lo mate). Una sola palabra sobrevoló toda mi estrategia: MUERTE.
Los nervios, las inseguridades y, sobre todo, los despistes tontos, se pagan caros. Nada menos que en mi primer turno, un error colocando la línea de los defensas Ghepettenses dejó un hueco que se tradujo en el movimiento 11 del susodicho receptor silvano. Uséase, proceda a fumar jaco al amanecer.
El color Jalapeño Compulsivo de mis matatrolls comenzó a marchitarse, derretidos entre el calor y la humillación, y bloqueados tanto muñecos como entrenador por el shock, la tunda procedió a su aparición un gol tras otro. Me apunto en el bloc de las azoradas la habilidad Saltar de un funesto bailarín guerrero: tras haber rodeado al susodicho bastardo con cuatro de mis defensas, el bailarín de los cojones efectúa una tirada de agilidad sin modificar y procedía a marcar touchdown mientras cambiaba la canción de su iPod.
Dadas las circunstancias, procedí a contar las muertes silvanas como goles, y a contar las hostias como panes. Las recaudaciones y las compras han sido generosas, pero está claro que la estrategia debe perfeccionarse si quiero hacer algo de provecho en el panorama Ghepettil. Al menos no perfeccionarla, pero por lo menos que exista alguna, coño.
El segundo encuentro fue una jornada divertida como pocos momentos en la vida de este bastardo que suscribe. El encuentro con los goblins de "Kanillazonlaboka Athletik" me permitió proceder a probar aquello que todos me instaban a realizar: el trenecito enano. El experimento salió bien y me ayudó a realizar mis dos jugadas de ataque del partido (Una jugada de ataque por turno, que somos enanos, no te vayas a creer, las cosas con calma, hermano).
Sólo unas pocas cosas permanecen ciertas en este mundo bloodbowlero recién descubierto: La diversión a raudales que me produjo el encuentro con todos los compañeros, el -1 al movimento que me produjo el encuentro con un troll de fuerza 6, la caries que me produjo comer seis regalíes seguidos, la máxima picada que produce perder el turno por no mover la ficha de ídem, que poner a un jugador en el borde del tablero es mandarlo a fumar jaco de manera absoluta (además de joderte todo trenecito enano que se precie) y que las ganas de seguir jugando son tremendísimas!
Gracias a todos, cada galleta dada y recibida fue un absoluto placer. Quiero más.
(En la imagen: El lugar más lejos al que un jugador enano ha llegado jamás. El Blitzer Argopedio marca el touchdown legendario de la victoria a la vez que lanza una flatulencia a sus contrincantes)
Tu en vez de entrenador deberías ser comentarista.
ResponderEliminarSin duda, deberíamos montar una revista para que te pudieras explayar de forma compulsiva :)
Por cierto, para los que les interese, hay por ahi una revista de Blood Bowl española llamada StarPlayer y se puede descargar en PDF.
Por otro lado, me alegra saber que has aprendido a usar el trenecito enano. Es la mejor forma de marcar TD con esas bolas de músculos que tienes por equipo ;)
Un servidor, tó picao.
Muy buena autocritica, intrepido comentarista. Espero que te atrevas a enfrentarte a mis poco educados jugadores de sangre fria.
ResponderEliminarQuien sabe, a lo mejor puedes comentar una epica victoria.
Buen y bien currado comentario al que solo querría incluir un inciso: Galadriel no es nombre de maricón sino de mujer, como buena elfa silvana que es (consulta google). Y es probable que su extremada belleza fuera culpable de que a tus ruborizados enanos les avergonzara tocarle el pelo, y si fueran exagerados pisacabezas, por celos, de sus compañeros de equipo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo, y un placer haber jugado contigo, espero que se repita en muchas ocasiones.
Maricón y punto!
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