Todos hemos sufrido en nuestras propias carnes cómo un Izaskun improvisado destruía nuestros planes de futuro y acababa con uno de nuestros jugadores más preciados. Izaskun no tiene amigos, no deja supervivientes, no tiene piedad.
La primera jugada data de los albores de la portentosidad, cuando un osado jugador rival se quedó postrado en una banda del campo y los goblins advirtieron su jugosa posición.
Cuando tres de ellos consiguieron llegar al lugar, empujaron fuera del campo al jugador al grito de "Zaska!" y éste feneció ante las dulces pisadas de los fans (de ambos equipos).
A partir de entonces, el troll del equipo siempre amenazaba con la temida frase "te vas a llevar un Izaskun".
Desde ese momento se conoce a esta dolorosa práctica con el entrañable nombre de la técnica Izaskun, un golpe demoledor para todo entrenador rival. Esperemos que no se vuelva a repetir.
Zas, Zaska, Izaskun.
Me encanta el olor a Izaskun por la mañana.
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