Nada tiene que ver la realidad con la ficción, y si hubiera alguna excepción confirmando la regla, ésta no sería el caso. Pues ¿por qué el pato Lucas persigue con rabia a Speedy Glez?, ¿y ese resquemor desenfrenado que siente Tom a Jerry?, ¿o piensan que el amor del ratoncito Pérez por los dientes del equipo contrario es infundado? La imagen no es la que ven, es el control de los medios de comunicación. Los sueños de la infancia tornan a pesadillas en el campo. Sus nombres inocentes confunden a propios y extraños. Los mayores miedos aparecen con los personajes más insospechados. Y ya están aquí. Nada se puede hacer para evitarlo. Nadie, en la historia, ha conseguido nunca acabar con... ¡esos "mardito roedore"!
Ya he comprado los mejores quesos al cocinero halfring para preparar las mejores trampas y mis asesinos ya alfilan sus largos cuchillos "La matanza será recordada durante eones".
ResponderEliminarNo había visto este, jajaja, infunde un miedo portentoso, sin duda (aunque el escudo invita a pistarle la mamola al ratón, quieras que no)
ResponderEliminarY cuando el cachalote perdió un molar el Ratoncito Pérez exclamó: "Yios ke neeeeegra!"
ResponderEliminarA estos roedores no les gusta el queso, o por lo menos no les encanta. Lo que de verdad devoran con ansia es cualquier tipo de raticida. Y no les llama la atención jugar a nada, se emocionan esquivando trampas y largos y afilados cuchillos.
ResponderEliminarSi les mola el raticida mal asunto a corto-medio plazo
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